miércoles, 16 de noviembre de 2011

El topógrafo del Archiduque


Estudio planimétrico de las Cuevas del Drach de Will publicado en ‘Die Balearen’.

Estudio planimétrico de las Cuevas del Drach de Will publicado en ‘Die Balearen’.

Llegó a Mallorca siguiendo las huellas de Willkomm. Sus trabajos sobre Baleares inspiraron a Friedrich Will una expedición desde su faceta entomológica. Sin embargo, fue reencontrando a los colaboradores del botánico como conoció a la familia Moragues, propietaria de las cuevas del Drach. Con el Archidque como mecenas, acabaría por realizar el primer estudio planimétrico de la gruta. Pocos datos se conservan sobre la biografía de Will. Originario de Alemania, donde algunas fuentes sitúan su nacimiento en 1847, fue teniente del ejército. Una carrera, la militar, que frustraría en varias ocasiones su soñada expedición a Baleares. Enero de 1880 sería la fecha en la que conseguió dejar atrás Munich para embarcarse hacia Mallorca.

Su tarjeta científica le presentaba como entomólogo. El segundo día de su estancia en Palma, donde se alojaba en una fonda de la calle Conquistador que acabaría por transformar casi en un gabinete de historia natural, comenzó la recolección de ejemplares. Apenas una jornada bastó para recopilar 600 entre los que se encontraban especies como el escarabajo Rhytideres plicatus o el Rhytirrhinus dilatatus. Pero había algo más. Friedrich Will llegaba inspirado por los trabajos que su paisano, el botánico Moritz Willkomm, había realizado sobre el archipiélago.

La firma de Willkomm en el libro de visitas de Raixa le puso en la pista. Conocer a Francisco Manuel de los Herreros fue el siguiente eslabón de la cadena. No sólo resultó haber sido uno de los mayores colaboradores de Willkomm, sino uno de los principales confidentes del Archiduque Luis Salvador. Un noble del que Will descubría el interés por los estudios científicos y la entomología.

Apenas una década antes, el Archiduque había recogido en un estudio sobre Baleares 332 especies de coléopteros. Aquella dedicación común desembocaría en una invitación a la possessió de Miramar para pasar algunos días. El último día de su estancia el alemán conocería a José Moragues. La afición entomológica del mallorquín podría haber sido una coincidiencia más. Pero la casualidad se explicaba, además, por una de sus propiedades: las cuevas del Drach.

La invitación para visitar la gruta tardó poco en llegar. La excursión quedó fijada para el 31 de marzo. Una hora y media a pie a través de un peñasco desembocaba en una cancela de hierro; detrás, una escalera descendía hasta los 24 metros de profundidad. Maravillado por aquel «palacio de hadas», Friedrich Will se mostró decidido a levantar el estudio planimétrico de la cueva. Un mapa que representara todos los detalles del terreno pero que prescindiera del relieve para representarlo en horizontal.

El proyecto fue muy bien acogido por el Archiduque, que pronto comenzó a barajar su publicación en el nuevo volumen del Die Balearen. Según el artículo de Brigitta Mader, Apuntes del viaje a Baleares. El entomólogo Friedrich Will y el Archiduque Luis Salvador, el alemán terminó su primer boceto en sólo cinco días.

El propio Moragues le proporcionó todo el material necesario. Armado con una brújula y un par de cuerdas y cañas, Will trazó la primera aproximacinón de la gruta: 260 metros de longitud y 150 de ancho. El límite de la zona conocida estaba marcado por un enorme largo con agua ligeramente salada y cuya anchura variaba de los 6 a los 20 metros.

Las cartas del entomólogo al Archiduque recogen la elaboración de dos trabajos: un dibujo con el aspecto exterior y el mapa planimétrico de la cueva y otro con la estratigrafía. Los caminos estaban marcados en rojo y las escaleras, en negro. Tras la publicación en Die Balearen, donde ni siquiera aparecía su nombre, S. Gay y Champsaur B. lo reeditaron en 1885 en escala 1:1200 dentro del Álbum de las cuevas de Artá y Manacor.

Los mapas de Friedrich Will no fueron sólo una labor pionera, sino que sirvieron de base para el francés Edouard A. Martel. El padre de la espeleología moderna llegaría a las cuevas del Drach en 1896. Sus mediciones casi duplicaron entonces las tomadas por el alemán. Tenía truco: Martel se había atrevido a cruzar aquel lago inexplorado que acabaría por ser bautizado en su nombre.

En septiembre de 1880, Will dejó atrás Mallorca para volver a Alemania. Regresaba con un auténtico arsenal de material entomológico. Más de 1000 especies de escarabajos, 25 de moluscos de agua dulce, 60 tipos de mariposas, etc. Sólo con la mitad de la colección analizada, determinó que 20 tipos eran desconocidos para la ciencia hasta el momento.

Publicó artículos en el Leipzig Journal of Zoology y colaboró con la Sociedad Entomológica de Munich, pero la figura de Friedrich Will pasó rápido al olvido. Sus estudios sobre los insectos no tuvieron gran reconocimiento. En Baleares su labor quedaría como pionera en la topografía.

De Baleàpolis (diario El Mundo)

martes, 25 de octubre de 2011

El Mediterráneo según las lagartijas

EL SUPLEMENTO DE INNOVACIÓN EN LAS ISLAS

B@LEÓPOLIS | Genética

El Mediterráneo según las lagartijas

[foto de la noticia]

Hace unos seis millones de años la confluencia de las placas europea y africana bloqueó la comunicación del Mediterráneo con el Atlántico. El estrecho de Gibraltar se cerró y –al quedar aislado y sometido a una fuerte evaporación– comenzó a desecarse, emergiendo grandes áreas de su cuenca. Durante este periodo el paisaje del Mare Nostrum era muy diferente al actual y lo que hoy es el territorio de las Islas Baleares estaba unido con la Península Ibérica, formando un gran promontorio continuación de la Sierra Bética. En estas tierras habitaba una especie de lagartija que se extendió por toda la cuenca mediterránea prácticamente seca.

En la actualidad, los dos descendientes de este reptil –junto con el ferreret– son las tres únicas especies de vertebrados terrestres supervivientes de la fauna que pobló Baleares antes de la llegada del hombre; el resto son introducidos por él. En Mallorca y Menorca las lagartijas se extinguieron probablemente con la llegada de los romanos y las poblaciones sólo se conservaron en las Pitiusas, el archipiélago de Cabrera y las islas e islotes que rodean Mallorca y Menorca, evolucionando en cada una de ellas de forma diferente.

La singularidad de estos organismos, sus mecanismos de supervivencia, su distribución actual y su diversidad los convierten en especies ante las que nos planteamos numerosos interrogantes: <¿Cómo han llegado hasta aquí? ¿Qué ha ocurrido para que habitando en territorios vecinos sean tan diferentes? Hace 5,3 millones de años algún suceso de grandes proporciones ocurrió en el Mediterráneo. Fue un cambio brusco a partir del cual el tronco común de las lagartijas (Podarcis) quedó dividido en Baleares en dos especies (Podarcis pityusensis y P. lilfordi). Esta separación grabada, por así decirlo, en su ADN, encontró la explicación biogeológica hace apenas un año, cuando la revista Nature publicó parte del trabajo de un grupo de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en el que se explicaba que las aguas volvieron al Mediterráneo gracias a la mayor y más brusca inundación que jamás ha conocido el Planeta.

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Una gigantesca descarga de agua que, según los científicos, llenó el Mare Nostrum en tan sólo dos años dividió para siempre en dos grandes bloques de tierra Baleares: la Gran Gimnesia (Mallorca y Menorca) y la Gran Pitiusa (Ibiza y Formentera); ambas plataformas nunca más volvieron a juntarse y este evento explica el aislamiento repentino de las dos poblaciones de una misma especie.

Y es que una parte de la historia geológica del Mediterráneo podría ser contada por las lagartijas, siguiendo la ruta de las secuencias del ADN mitocondrial –el heredado por vía materna, inalterable de una generación a otra y afectado sólo por las mutaciones–. Su estudio en un conjunto de poblaciones de un organismo, o de poblaciones de organismos semejantes, permite compararlos y trazar un árbol genealógico, estableciendo cuáles están genéticamente más próximas y cuáles se hallan más alejadas, incluso ayudar a interpretar los procesos evolutivos responsables de la distribución actual. Y es que la distancia genética entre poblaciones, como un reloj molecular, informa del tiempo de separación entre ellas desde un antepasado común.

Hay que tener en cuenta que en los últimos dos millones de años se han sucedido numerosos periodos glaciares separados por otros cálidos. Durante los primeros, los hielos cubrieron grandes extensiones de tierra, el nivel del mar descendió y las islas más grandes estuvieron conectadas con los islotes vecinos, lo que posibilitaba que distintos organismos pudieran colonizarlos y mezclarse. En los períodos interglaciales, en cambio, el nivel del mar subía y enormes regiones quedan anegadas, aislando de nuevo las poblaciones de los islotes. En el Cuaternario, los dos grandes bloques de tierra en que quedaron divididas las Islas Baleares experimentaron de manera especial estos vaivenes del mar.

La secuenciación de los genes permite esclarecer si los ejemplares de una población han evolucionado desde hace 2.000 o 3.000 años o si son fruto de translocaciones esporádicas (cambios de un sitio a otro) y acaban de llegar hace dos semanas en un yate.

La investigación sobre las lagartijas endémicas de Baleares se remonta a principios de los años 80, cuando el Laboratorio de Genética del Departamento de Biología de la Universitat de les Illes Balears (UIB) ensayó una primera aproximación molecular al estudio de sus poblaciones. Pero en aquella época las técnicas para el estudio del ADN no se hallaban desarrolladas como hoy en día y esa aproximación se realizó mediante el estudio de proteínas.

El auge de las técnicas para la secuenciación del ADN ha hecho posible que desde 2003 el grupo INSULAEVOL –formado por investigadores genéticos, zoólogos y ecólogos terrestres de la UIB, la Universidad de Salamanca y la de Liverpool– trabaje conjunta e interdisciplinarmente en los diferentes aspectos evolutivos y ecológicos de estos reptiles singulares de las Islas.

«Las lagartijas se extinguieron en Mallorca y Menorca, probablemente en la época romana –explica Misericordia Ramon, catedrática de Genética de la UIB– con la introducción de depredadores que, como la comadreja o el gato, pudieron ser la causa de que la especie desapareciera. En cambio Ibiza y Formentera no fueron apenas romanizadas y quizás éste sea el motivo por el que la especie ha sobrevivido en las Pitiusas».

Actualmente, las técnicas de secuenciación de ADN han permitido medir la divergencia genética entre las poblaciones de Podarcis lilfordi y determinar las relaciones filogenéticas existentes dentro de esta especie. Los resultados indican la existencia de cuatro grupos diferenciados: el de Menorca localizado en islas pequeñas e islotes que rodean la isla principal donde la especie ha desaparecido (Illa de l’Aire, Porros, Colom, Addaia petita o Addaia gran, entre otras); el del oeste de Mallorca (Dragonera, Malgrats y Toro). Los otros dos pertenecen al archipiélago de Cabrera y a las islas e islotes norteños y del sur de Mallorca (Na Guardia, Moltona o el Colomer).

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A partir de estos cuatro grandes grupos filogenéticos se pueden determinar las unidades significativas evolutivas (ESU) que requieren más protección. La existencia de cuatro linajes importantes proporciona un punto de partida para el reconocimiento de poblaciones matrilineales únicas y nos indica que al menos se tendrían que reconocer cuatro grandes grupos a escala genética en los objetivos de conservación.

Al respecto de la P. pityusensis las principales poblaciones se encuentran distribuidas en Formentera e islotes que rodean a las Pitiusas. «Curiosamente –comenta Bàrbara Terrasa, miembro de este grupo de investigación– en la muralla de Palma existe un grupo de esta especie que tiene una antigüedad de unos 100 años y que posiblemente sean descendientes de ejemplares que llegaron en barco al puerto de Palma».

Debido a la gran diversidad de condiciones de los diferentes hábitats las amenazas son muy variadas. Las frecuentes visitas a espacios reducidos como son los islotes puede acabar degradándolos. Además, en ocasiones, se producen translocaciones de individuos lo que termina con el aislamiento genético y los rasgos morfológicos que caracterizan de forma única a muchas de las poblaciones. Existe también la captura ilegal, la introducción de competidores potenciales o la utilización de trampas envenenadas para gaviotas o roedores que acaban afectando a las lagartijas. En definitiva, su endemismo ligado estrechamente a un hábitat las convierte en especies vulnerables a las que cualquier eventualidad puede llevar a la extinción.

Suplemento Baleàpolis (El Mundo)

martes, 18 de enero de 2011

On Sissi troba un alma germana.

Foto: Templet de Son Marroig
Manuel Lacomba

Text: Thomas Fitzner / Assessorament lingüístic: Àngels Àlvarez | Valldemossa,

Dels molts personatges que arribaren a formar part del paisatge de la Serra de Tramuntana, un dels més pintorescos era sens dubte l'arxiduc Lluís Salvador d'Àustria. Una neboda seva el descrigué així: "Viu com un pagès, sols porta sandàlies i pantalons de tela amples. La seva pell, cremada pel sol, és de color vermell coure. Treballa sense parar al seu jardí paradisíac i a les seves formoses vinyes."

Lluís Salvador, certament, lluïa un estil poc habitual entre els nobles de l'època. Un dia una família noble mallorquina el convidà a sopar, tot i que prèviament li feren entendre que calia que es vestís d'acord amb el seu rang. Així doncs, quan aparegué vestit amb l'uniforme d'arxiduc va causar una gran sorpresa. Molt contents estaven els amfitrions fins que se serví la sopa, moment en què Lluís Salvador, davant la mirada estupefacta dels presents, l'abocà dins les butxaques i a continuació s'aixecà i proclamà: "Han convidat la meva vestimenta, no a mi. Ara la meva vestimenta ha sopat i ja puc anar-me'n."

Podríem aventurar, fins i tot, que aquest noble fou un precursor dels hippies si no fos per una labor meticulosa d'investigació que el portà a escriure -conjuntament amb tot un equip d'artistes i ajudants- una obra etnològica sobre l'arxipèlag que és una referència per als historiadors fins avui en dia.

Profundament enamorat de la bellesa de la Serra, es convertí en propietari i protector de bona part de la costa nord entre Deià i Valldemossa. D'altra banda, la Tramuntana el protegia a ell, per tal com es convertí en el seu refugi lluny de les normes i cerimonials als quals es veia sotmès quan residia a l'imperi austrohongarès, governat pel seu familiar l'emperador, un Habsburg com ell.

A Mallorca, l'Habsburg Lluís Salvador havia creat un imperi dels plaers senzills

Però justament pel fet de ser tan diferent es convertí en confident i bon amic d'un altre membre d'aquesta família: l'emperadriu Elisabet, coneguda com a Sissí, que vingué a visitar Lluís Salvador en tres ocasions, habitualment d'incògnit. Fou a finals del segle XIX. En una de les seves estades visità s'Estaca, avui propietat de Michael Douglas i Catherine Zeta-Jones. Allà es trobà amb Catalina Homar, adorada per l'arxiduc, una al·lota mallorquina de família senzilla que de segur posseïa un carisma tan potent com el paisatge que els envoltava. Un testimoni descriu aquest moment que compartiren l'esposa de l'emperador austríac i la jove, filla d'un fuster, de família de pagesos mallorquins: "Les dues dones conversaren com si es coneguessin de sempre."


L'esposa de l'emperador i la filla del fuster conversaren com si fossin velles conegudes

Sissí recorregué a peu alguns dels camins de la Serra de Tramuntana que avui formen part de la xarxa senderista i, amb Lluís Salvador al seu costat, somià amb aquesta llibertat d'esperit que la Tramuntana
aconsegueix transmetre. Alguna vegada acompanyà l'arxiduc a un esdeveniment social al Casal Solleric a Palma, però sense donar el seu nom vertader.

Les vinyes que hem esmentat a l'inici del relat, on tant li agradava treballar a Lluís Salvador, produïen uns vins que agradaven -i molt- a uns quants. El moscatell i la malvasia de s'Estaca, elaborats sota la supervisió de la molt capaç Catalina Homar, aconseguiren premis en exposicions a Barcelona, Madrid, París i, fins i tot, a Chicago. És possible que d'alguna manera portessin la màgia de la Tramuntana dintre seu, la mateixa màgia que captivà un arxiduc defugit de la seva posició social i d'una emperadriu que trobava la pau a la Mediterrània. Personatges històrics que per uns moments aconseguiren escapar a les pàgines de la història per viure la felicitat de les coses senzilles. Tan senzilla com és la bellesa d'aquest paisatge fet per ensenyar-nos a somiar.

Diari de Mallorca

lunes, 17 de enero de 2011

Sant Antoni de Portmany

Sant Antoni de Portmany és un municipi de l'illa d'Eivissa , que avui està de festa.
Eivissa va ser fundada pels cartaginesos l'any 654 abans de crist. Però es sap que ja estava poblada d'abans. Una prova d'aquest fet és el poblat de sa Caleta a Sant Josep i moltes altres restes arqueològiques. Concretament a Sant Antoni i a Sant Rafel es trobaren pintures púniques dins sa Cova des Vi i una destral de bronze a Sant Rafel a sa finca de sa Bassa Roja.

Els púnics (fenici-cartaginesos) utilitzaven el port de Sant Antoni, que l'anomenaven Portmany, per traslladar moltes coses, pescaven i salaven es peix per conservar-lo. Vivien a cases disperses per la vila, i prop de ses cases enterraven es morts. Hi ha historiadors que pensen que on està ubicada la capella de Santa Agnès abans era un santuari dedicat a la deessa cartaginesa Tanit. A una finca de Sant Antoni (can Rova de Baix) s'han trobat restes de lo que era una fàbrica de ceràmica que produïa a més de plats i gerres, àmfores per dur oli, vi, peix salat, figues seques, i tota casta d'aliments que es produïen a l'illa, i també altres utensilis de fang. Els cartaginesos tenien animals per treballar sa terra i pel seu consum alimentici.

Més envant arribaren els romans i a Portmany l'anomenaren Portus Magnus, els pocs romans que quedaren a viure ho van fer amb els púnics. Vivien a cases disperses dedicant-se a la pesca, agricultura, ramaderia i a treure profit des bosc.

Fa més de 1000 anys arribaren els moros , procedents del nord d'Àfrica, es seu llenguatge es va mesclar amb es púnic (una espècie d'arameu) i és llatí des romans, donant lloc a s'eivissenc. Una llengua molt pareguda a totes ses que hi havia llavors per tots els indrets. Es moros feren molt a Sant Antoni, i a totes parts, per s'agricultura, fent sinis, safareigs, sèquies, aljubs, ses feixes des pla de Portmany i, construïren molins per moldre gra . Seguint sa tradició marinera púnica es continuaren fent embarcacions emprant sa madera de pi. A Eivissa hi havia una gran cultura, com ho demostra el fet de que d'aquest temps data es primer poeta conegut eivissenc anomenat Idris, però que era conegut per Al-Andalus i per tot com AL-Sabini, ja que identificaven el seu lloc d'origen, Eivissa, com un lloc on hi havia moltes savines. Des moros mos han quedat moltes paraules, de toponímia, d'herbes, de plantes, etc...
El 8 d'agost de 1235 arriben a Eivissa les tropes del rei d'Aragó Jaume I el Conqueridor, comandades per Pere de Portugal, Guillem de Montgrí i Nunó Sanç, fet que suposarà l'adopció de la religió cristiana i conqueriren s'illa sense massa impediments. Sa gent era pacífica, vivia a cases disperses i domés mataren en es quatre moros de Vila, capital. Ses tropes que acompanyaven el rei Jaume d'Aragó procedien de molts diversos indrets, i parlaven de diferents maneres, totes parescudes i per tant similars a la llengua molt púnica que es parlava a s'illa. S'illa estava dividida pels moros en cinc comarques: Alhauec, Xarc, Benissàmit, Portumany i Algarb. Es tres conqueridors Pere de Portugal, Guillem de Montgrí i Nuno Sanç es van repartir el territori extramurs de la vila mantenint quatre divisions i repartint la cinquena entre les altres quatre. Eren tres, l'altre part naturalment era pel rei Jaume I d'Aragó, El conqueridor qui es quedà la part de la ciutat d'Eivissa, la capital. El repartiment i els límits territorials estan recollits al Memoriale divisionis: el Quartó de Santa Eulària, el Quartó de Balansat, el Quartó de ses Salines i el Quartó de Portmany. El Quartó de Portmany comprenia antigament es poble de Sant Antoni i també Sant Mateu d'Albarca, Santa Agnès de Corona , Sant Agustí des Vedrà, Sant Josep de Sa Talaia, Es Cubells i una part de Sant Rafel.

A partir d'aqui Eivissa es convertí amb un feudo de l'arquebisbat de Tarragona, molts capataços de Tarragona venguéren a controlar i cobrar els impostos , delmes, etc..als eivissencs, va suposar un empobriment considerable ,tant economica com culturalment, pels eivissencs estar en mans dels senyors feudals, als quals havíem de pagar i pagar i a canvi de pocs aventatges.

L'any 1715 el rei Felip V de Borbó, va decretar el Decret de Nova Planta, en virtut dels quals s'aboliren els Furs i Constitucions dels territoris de sa Corona D'Aragó i es canvià l'organització territorial de la Monarquia Hispànica i el rei , volguent fer com havien fet a França, va decretar que tots els documents oficials, que fins a les hores a la Corona d'Aragó s´escrivien indistintament en llatí, en castellà i en català ( ses tres llengües, per altre part, molt semblants en aquella època), d'ara envant es farien en llengua castellana.

Al segle XVIII, el bisbe Manuel Abad i Lasierra, reorganitza la distribució territorial, creant un poble per a cada parròquia i agrupant ses cases, per això donaren un solar poro de s'església i un terreny per a agricultura. Així sorgí es poble de Sant Antoni de Portmany. Al segle passat es té notícia de que a Sant Antoni hi ha ja unes vint cases prop de l'església, que al municipi hi viuen unes 700 famílies. Es començen ses primeres escoles públiques i sa carretera de Vila a Sant Antoni.