sábado, 25 de septiembre de 2010

Al-Sabbini , un poeta ibicenco

el eco de al-Šabbīnī en la vieja alcazaba
literatura nuestra en árabe

[post nº 289]

Málaga, la alcazaba. Muros árabes y... a sus pies el teatro romano

El ibicenco Idrís, poeta palatino de nuestro siglo onceno, frecuentó entre otras taifas la corte de los Hammudíes malagueños. Y allí en su alcazaba conoció al visir Ibn Muqanna, noble al que algunos llaman el ‘Hijo del Pequeño’. En honor del cortesano prócer versificó casidas, de las que descubrí 32 bellos versos en viejos manuscritos.

En prueba de su estro, sobre el amor sentido en la espesura de un bosque, dejó plasmado en hermoso verso melancólico canto:

De Du'l-Arāk a él le llamó el amor y él respondió a la llamada.
La paloma del rosal, zureando para él, así provocó su llanto...
*

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traduccción de ©J. Barral
del Blog de José Barral
cierto olor a sabinas...
[post nº 288]

sabinas en las cercanías de las ibicencas platges de Comte (Juan Pérez Escribano)

"Tu poesía tiene olor a sabinas" decía el rey de Denia Muýāhid al renombrado poeta ibicenco Idrīs b. al-Yamānī. Dicho árbol, siempre verde y de madera olorosa, lo adoptó nuestro vate en celebrado apodo —su nisba de al-Šabbīnī— por ser su tierra Ibiza isla muy abundante en tal planta, según textos árabes medievales.

texto codificado en refacción
el chico del hammām
[post nº 296]

Idrīs ben al-Yamān, el famoso ibicenco apodado al-Šabbīnī, fue prolífico autor que tocó muchos géneros en su hermosa poesía, heroica, satírica, bucólica, amorosa de matices diversos. Los mecenas pedían sus casidas de autor para fobias y filias. Y él cantaba de plantas, del mar y las estrellas, animales y gente usando sus metáforas con un verbo certero. Por eso, junto a encendidos cantos sobre hermosas mujeres, también compuso temas del amor al efebo, casto udrí o más denso de nostálgicos dejes e insatisfecho anhelo.














'El Bañuelo' en Granada, de tiempos de al-Šabbīnī

Cuando el cortesano vate visitó la sede palaciega del granadino Bādīs ya existía en la urbe ese baño supérstite hoy llamado 'El Bañuelo', el mejor conservado de las tierras de al-Ándalus, nacional monumento. Entre luz y penumbras y entre vapor surgieron versos que hoy divulgamos en loor de un mancebo que, esclavo ya judío o cristiano o servidor muslim en el hammām del estro, provocaba deseos en mecenas de turno... o quizás en el poeta nuestro:

Se vistió de oscuridad y él era la mañana,
y enfermó a la inteligencia que era sana
... ... ...
Con cinturón de tinieblas es cual vara del alba
—ojalá que ceñidor bajo el cinturón yo fuera—
*

_________
* Trad. de ©J. Barral
del blog de José Barral
aromáticos versos

[post nº 295]

Respondo a una consulta sobre exóticos términos, que figuran en poemas del ibicenco al-Šabbīnī traducidos por mí (posts 289 y 291).

espléndido ejemplar en una plantación de arāk

Qué es el arāk me inquieren. Es un arbusto (Salvadora persica) preciado por su aroma y sus usos: profilaxis de boca y perfume del aliento. En la cultura árabe, y aún hoy entre musulmanes, se utilizan como 'cepillo de dientes natural' sus fibrosas y aromáticas raíces.

arāk en el desiertoLos clásicos de la literatura árabe citan con poético mimo un 'Valle del Arāk' en la cálida Arabia. Siempre verde, en suelos salados la espinosa planta es pasto favorito para esos 'barcos del desierto' que son los dromedarios nómadas.

También el ibicenco Idrīs ben al-Yamān dedica versos a este mítico tema. Y como símbolo de aroma y de frescura en las bocas amadas repite tropo con valor metafórico. Mas usando sinécdoque asimismo utiliza el término miswāk, un palito mascado cuyas fibras favorecen la limpieza bucal y su corteza a veces tinta dientes y encías. Así lo plasmó el vate en versos dedicados al valenciano Ibn Wāýib, parte de un poema suyo del que ahora divulgo más:

¡Oh Valle del Arāk que prolongas la queja del cuitado,
con aromas de arāk y de retama!
*

Por su parte el miswāk (también dicho siwāk) es un bastoncillo hecho de raíces de arāk. Natural instrumento que emplean en sus bocas las hermosas mujeres que inspiran al poeta. Su perfumado aroma llegó hasta los versos de un émulo de Idrís, que al mismísimo Ibn Wāýib dedicó otra casida. El llamado Abū'l-Rabī‘ al-Qudā‘ī así lo dejó escrito:

miswāk o siwāk
Presume la fragancia que es semejante a ti,
mas miente la fragancia... ¡Incopiable es tu aliento!
*

Reproducido del blog de José Barral

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