lunes, 26 de abril de 2010

Poblado fenicio de Sa Caleta

Es el exponente más importante de los inicios de la colonización fenicia de Ibiza y está ubicado en la cala del mismo nombre del término municipal de Sant Josep de sa Talaia. Fue fundado a finales del siglo VIII a.C por fenicios procedentes del extremo occidental del Mediterráneo y desde 1999 forma parte del Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Monumentos Ibiza El yacimiento del Poblado fenicio de Sa Caleta es de los últimos excavados en la isla, y hasta finales de los años ochenta permaneció oculto. Los restos de este poblado se encuentran en la playa de “Sa Caleta” y sus fundadores sólo la habitaron cincuenta años pues, al final de siglo VII o principios del siglo VI aC, después de haber configurado una trama urbana que llegó a ocupar la totalidad de la pequeña península que se encuentra al sureste de la cala, sus pobladores abandonaron el lugar y se trasladaron a la bahía de Ibiza donde fundaron la actual ciudad de Ibiza.

El poblado tenía en su origen una extensión de unas cuatro hectáreas y es un ejemplo único de urbanismo fenicio en el Mediterráneo. Es también el exponente más importante de los inicios de la colonización fenicia de las Pitiusas y el origen de la ciudad de Ibiza. En él se pueden contemplar edificaciones dispuestas en estrechas callejuelas, que dan una idea de cómo era el poblado por aquel entonces. Una de estas estancias presenta siete habitaciones distintas, las demás son más pequeñas, y disponen de una a tres estancias.

Llegó a tener una población en torno a trescientas personas y de todo ello quedan restos que rememoran a este pueblo exquisitamente hábil en el cincelado de metales. Callejuelas estrechas, plazas pequeñas e irregulares (en una se conserva la plataforma de un horno comunal de pan), y la combinación de estructuras arquitectónicas muy distintas, lo convierten en un monumento único.

Un ejemplo de esta diversidad es el llamado 'barrio sur'. Lo forman un total de ocho construcciones de distintos tamaños y formas: de una, de dos, y de tres estancias, yuxtapuestas o alineadas a lo largo. Hay una especialmente grande, de siete habitaciones repartidas en una planta prácticamente rectangular. Es muy posible que alguna sirviera de almacén para guardar la sal, recogida en los estanques cercanos de las salinas. Según algunos estudios, Sa Caleta pudo ser un punto de enlace en la larga ruta desde el famoso puerto fenicio de Tiro hasta Cádiz.

Urbanismo

La urbanística del Poblado fenicio de Sa Caleta de Ibiza obedece a un sistema basado en la yuxtaposición de estancias sin ningún tipo de orden en cuanto a la orientación entre ellas, ni en relación a los puntos cardinales. Es como si el espacio hubiera sido repartido entre los colonizadores, que fueron construyendo diferentes ámbitos separados unos de otros por unos pocos metros; formando unidades independientes desde un punto de vista arquitectónico.

En una segunda fase, que tendría lugar pocos años después, se observa una frecuente transformación de los ámbitos construidos ampliándolos generalmente con una ò dos habitaciones, aunque llegaron a crear hasta siete, con la compartimentación de las preexistentes. Al menos en algunas áreas que ha sido posible estudiar a fondo, se llegó a saturar el espacio dando lugar a una urbanística arcaizante e improvisada.

Las unidades arquitectónicas están separadas por espacios, en ocasiones muy reducidos, comprendidos entre las diferentes construcciones y han de ser considerados como placetas, con plantas poligonales y arbitrarias. Entre las diferentes unidades existen callejones estrechos y cortos.

Las construcciones son muy simples aunque se han documentado edificaciones con tres ámbitos proyectados al mismo tiempo. Adoptan siempre una forma rectangular, más o menos alargada, y a veces trapezoidal. Sus dimensiones varían, aunque existen dependencias de considerables proporciones como es el caso de una que tiene muros de 10 m de largo por 3,60 m de ancho; con un espacio interior útil de 29,5 m2. Otras, que corresponden a pequeños almacenes, solo alcanzan 2,9 m2 de espacio interior. Estos son los casos extremos, pero hay toda una gama de medidas intermedias.

La mayoría de las puertas de entrada a las dependencias tienen zócalos de mampostería, y en algunos casos se ha podido constatar la existencia de entalladuras para las hojas de las puertas de madera. Normalmente, el substrato rocoso de caliza es el suelo habitual de la estancias que a veces presenta una especie de tierra batida arcillosa. Los muros son de mampostería de piedra caliza irregular del lugar, con una mezcla de tierra roja de limos y arcilla. Los techos tendrían sistemas de vigas y otros elementos vegetales acabados con una capa de arcilla relativamente gorda.

En algunos puntos comunales del poblado, se ha documentado la existencia de grandes hornos, tal vez para la cocción del pan. Tienen una plataforma circular de piedra sobre la que se encuentra la cámara de combustión cubierta por una cúpula de barro.

Utensilios

Los materiales hallados en Sa Caleta responden al repertorio típico de los establecimientos fenicios occidentales. Aparece la cerámica a torno, a menudo con engalba roja, otras veces sin tratamiento específico. Las formas son variadas, especialmente ánforas, jarras y jarros, platos, lucernas y otros. Junto con ella, la cerámica hecha a mano que frecuentemente responde a formas características del bronce final del sudeste ibérico, proveía el asentamiento de Sa Caleta de utensilios para cocinar.

Se localizaron también otros elementos como anzuelos de bronce, prueba de las actividades pesqueras que desarrollaban, piezas de telar, testimonios de la elaboración de tejidos y otros. Además, se encontraron numerosos molinos de piedra arenisca, que debieron utilizarse para convertir el grano en harina, y tal vez también para moler otros productos.

Pero es, sin duda, la metalurgia la que ocupa el lugar más relevante dentro de las actividades económicas de los fenicios de Sa Caleta. Restos de mineral de galena argentífera han sido hallados en casi todas las unidades excavadas del asentamiento, de norte a sur y de este a oeste de la península que ocupa. Esta galena normalmente era fundida en el propio poblado para obtener plomo, pero también hay indicios de su transformación para la extracción de plata. Se ha constatado la metalurgia del hierro, que era tratado en hornos especialmente construidos y que funcionaban con combustible vegetal ventilados por tubos que insuflaban aire. El mineral, sobretodo la galena, es probable que fuera obtenido por los mismos fenicios en los centros del bronce final / hierro antiguo del levante peninsular y de las costas catalanas, donde lo intercambiaban por productos como vino, aceite y otros productos.

Otro factor económico importante fue la explotación de la sal; teniendo en cuenta que Sa Caleta está separada de las importantes salinas naturales de Ibiza tan solo por unos pocos cientos de metros. Incluso, la inexistencia de otros asentamientos fenicios en el resto de la isla de Ibiza puede encontrar una explicación convincente en este factor.

A la izquierda del poblado, hay un pequeño puerto de pescadores que probablemente crearon los mismos fenicios y que merece la pena visitar al viajar a Ibiza.

Vía Viajes.net

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